Desde hace dos años, Rafa Nadal está casado con Xisca Perelló. Sin embargo, aún no han podido inaugurar su nido de amor. La pareja está construyendo una mansión, pero resulta que las obras se han demorado por mucho tiempo. Recientemente se conocieron las razones por las cuales se han atrasado.
El matrimonio adquirió una parcela en Manacor a cambio de 4 millones de euros pero aún no pueden vivir ahí. Los vecinos estaban muy contentos por la llegada del exitoso deportista al lugar, incluso muchos de ellos son familiares de la pareja que lleva un vínculo con total bajo perfil.
Según confirmó el sitio Vanitatis, Rafa Nadal y su esposa han tenido que sortear la Ley de Costas y varios trámites legislativos antes de conseguir luz verde para construir su hogar. En añadidura, las obras en la mansión del gran tenista se han complicado debido a una escalinata con acceso privado a la playa. Allí frecuentemente, jóvenes se acercan para lanzarse al mar.
"Los chavales de Manacor se suelen tirar en verano desde un acantilado situado muy cerca de la Cova des Correu y, tanto para ir como para volver, tienen que cruzar la propiedad", dijo Rafa Nadal sobre la situación incómoda que lo ha obligado a hacer una pasarela para que estas personas puedan irse sin ningún problema.
Una casa sobre un acantilado no es una obra fácil de construir. Rafa Nadal lo sabe y se ha armado de paciencia a la espera de que los arquitectos y los obreros que trabajan en los mejores resultados posibles. Por ahora, la casa en Mallorca está más cerca de ser habitable. El tenista adquirió la propiedad, la mandó a derrumbar y volvió a construirla de cero.