Kiko Rivera atraviesa muchas emociones en los días posteriores a la dolorosa pérdida de su abuela. Como primera medida, el DJ decidió no asistir a la boda de Anabel Pantoja y Omar Sánchez, profundizando así los problemas que tiene con su prima. Luego no asistió a la misa en homenaje de Doña Ana, pero sí se tomó una noche para salir con su esposa, Irene Rosales.
El mediático quiso despejar su cabeza por un momento pero los fotógrafos lo siguieron en busca de su imagen de fiesta en momentos difíciles para el clan Pantoja. Esto fue la gota que rebalsó el vaso para Irene Rorales, quien no dudó en afrontar las críticas y hacerle frente a las cámaras.
"Me ha pedido salir", afirmó a través de las historias de su cuenta oficial de Instagram. Esta fue la manera en que Irene Rosales ha decidido demostrar su malestar debido a la presencia de un grupo de periodistas que estaba en un local de Sevilla en donde Kiko Rivera sirvió como DJ.
«Creo que ya pasáis los límites. He acabado hablando con ellos. Entiendo que es su trabajo y que me quieran grabar como lo han hecho muchas personas, pero no me gusta que luego vayan contando mentiras como que si le he dado la espalda a mi marido", escribió ofuscada Irene Rosales.
"Yo alucino, para una vez al año que salgo, intentan sacar tonterías. Por cierto, me lo he pasado genial de la mano de mi marido y bailando con mis amigas. Y ahora a dormir", firmó contundentemente Irene Rosales haciendo énfasis en que han querido perjudicar la imagen de su marido.