Un 7 de octubre de 2016, Kiko Rivera e Irene Rosales sellaban su vínculo amoroso en una ceremonia civil de ensueño. Ambos se proclamaban el "sí quiero" mirándose a los ojos. Algo que parecía que era para siempre, no lo fue tan así.
Según relata La Razón, Kiko Rivera habría tenido algunas complicaciones para casarse con Irene Rosales, pese a la muestra absoluta de su querer y lealtad que la colaboradora le ha mostrado en varias oportunidades.
Dicho medio justifica que Kiko Rivera se habría casado con Irene para darle una respuesta a sus insistentes peticiones. Por eso, habría montado una boda espectacular, pero sin ninguna validez legal.
Como las mentiras duran poco, Irene Rosales se habría enterado del engaño con el nacimiento de su hija Carlota, el 30 de enero de 2018 y decidieron realizar el trámite que corresponde al año siguiente.
De esa manera, Kiko Rivera e Irene Rosales acudieron al juzgado de Castilleja de la Cuesta para firmar la unión matrimonial en un íntimo acto civil, con solo dos testigos y lejos de aquella boda de lujo que transmitieron los medios de comunicación.
Se aclaró todo
Irene Rosales declaró en "Viva la tarde" sobre su falsa boda y detalló: "El problema que tuvimos es que nos íbamos a casar el mismo día de la boda pero se nos extraviaron unos papeles, entonces como yo ya tenía todo organizado y seguí". En otro pasaje de la nota explicó: "Cuando fui yo a pedir todas las citas para el ayuntamiento de Castilleja, cada vez que me iban a dar la cita no podía porque en ese momento yo no podía. Simplemente es por el hecho de que yo tuve que ir posponiendo durante varios meses la boda porque mi padre no la estaba pasando nada bien" pero dijo Irene que "Kiko Rivera nunca tuvo la intención de no casarse".