El silencio en las redes de una 'influencer' como Anna Ferrer es señal de que algún cambio grande está ocurriendo en su vida. Este fue el caso de la hija de Paz Padilla, quien decidió pasar por el quirófano para un retoque estético que quería hace varios años.
A través de su cuenta oficial de Instagram, Anna Ferrer ha querido hacer partícipe a sus seguidores del proceso de recuperación de la rinoplastia a la que se sometió el lunes pasado. Sorprendentemente, la creadora de contenidos confesó que le cuesta reconocerse al sonreírle al espejo.
"Me daba un poco de miedo lo que me fuerais a decir, pero gracias, porque todo han sido palabras bonitas y de cariño", aseguró hablándole directamente a sus seguidores. A sus 24 años, Anna Ferrer no ha tenido inconvenientes de enseñar los moretones pequeños que aún cubren parte de su rostro.
De acuerdo a sus propias palabras, la empresaria sigue con dificultades para respirar y para recuperar el olfato. Las razones de la operación fueron exclusivamente estéticas y se trataban de "algo que siempre había tenido en mente".
Sin filtros
Anna Ferrer se puso al día con sus seguidores a lo largo de una serie de historias en las que comentó cómo iba el proceso de recuperación y cómo se sentía en esos momentos. A su vez, se permitió abandonar los filtros por un momento para compartir de forma más sincera cómo va quedando su imagen tras su trascendental decisión.