Lionel Messi y Antonela Roccuzzo han sabido conformar uno de los matrimonios más sólidos del ambiente mediático internacional. Se conocieron en 1997 y 20 años luego se dijeron "sí, quiero" en una pomposa celebración llevada a cabo en su ciudad natal, Rosario, Argentina. Tienen tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro, y los famosos han anunciado que les encantaría sumar un nuevo retoño a su familia. Eso sí, esperan impacientes la llegada de una niña.
En diálogo con Fox Sports, Lionel Messi aseveró que él como su esposa están dispuestos a tener un nuevo heredero. "Me gustaría la nena y a mi mujer también", subrayó. Sin embargo, admitió que aún quieren aguardar un poco más para dar este importante paso. "Hay que esperar un poquito y ya veremos si se da o no. Hay tiempo todavía", reflexionó con marcada ilusión.
"Me gustaría la nena y a mi mujer también".
En ese marco, tal y como consigna "Aires de Santa Fe", el actual ídolo del París Saint Germain se refirió a las rutinas que lleva a cabo junto a sus tres niños y señaló que con el paso de los años ha logrado madurar como padre. "Me gusta pasar tiempo con ellos y llevarlos a la escuela", remarcó, al tiempo de calificar a su familia como "un grupo hermoso" que no podría tenerlo más feliz. "Mi familia está por encima de cualquier cosa", declaró.
Entrevistado por "Star Más", Lionel Messi hizo especial foco en lo que ha significado para sus seres amados el haberse asentado en la capital francesa y, sin vacilar, afirmó que tanto él como Antonela se sintieron muy preocupados en un inicio ante la duda de si sus hijos lograrían adaptarse a la ciudad. "En Barcelona teníamos la vida hecha, llegar a un lugar nuevo con un idioma diferente no es fácil", indicó. Al respecto, sumó: "Creíamos que la iban a pasar mal".
Los niños les dieron una lección de adaptación
Por esto, Lionel Messi señaló que junto a su esposa "padecíamos mucho por eso". "Me acuerdo de dejarlos en el colegio e irnos llorando, padeciendo por ellos", rememoró. Para su alegría, los pequeños terminaron siendo los que se adaptaron a París con mayor ligereza. "Era lo que más nos preocupaba y fue lo más fácil de todo; que ellos arranquen la escuela, que hagan nuevos amigos, fue algo muy normal, muy sencillo", celebró.