Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ocuparon los titulares de la semana tras una publicación de “Semana” en la que se veía al Premio Nobel viviendo en otro domicilio. Nunca se afirmó que tuvieran una crisis, aunque se desmintió la información, algo que hizo saltar las alarmas. En medio de la incertidumbre, la pareja se fue a Ibiza y luego aparecieron en la boda del sobrino de la 'socialité'.
Parece que, si había problemas, eso es cosa del pasado. Por si quedaba alguna duda de que el romance de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa está intacto, los famosos pasearon juntos por Estepona y fueron a ver los toros. Esta nueva aparición pública cerraba unos días de ensueño para la madre de Tamara Falcó, quien ha podido acompañar a Álvaro Castillejo al altar como su madrina para unirlo con Cristina Fernández, su ahora esposa.
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa: mejor que nunca
Isabel Preysler fue una de las grandes estrellas de la boda de su sobrino, sin desprestigiar a la novia que dejó sin palabras a los presentes. Mario Vargas Llosa estuvo ahí apoyándola y siendo su fiel compañero, como siempre ha demostrado. Para su último evento, la famosa eligió un estilo bohemio con el que también acaparó todas las miradas, aunque la atención estaba centrada en el hecho de que tenía de su mano al hombre con el que comparte su vida.
Con una gran sonrisa.
La actitud de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa parecía de lo más cómoda ante las cámaras, aunque la madre de Tamara optó por unas gafas de sol grandes. Con una gran sonrisa al entrar y al salir, los famosos dejaron claro que las cosas están más que bien entre ellos. Tanto es así que saludaron a todos.
Se tomaron el tiempo para socializar e irradiar luz con su presencia a los que allí se encontraban. Todavía no se conocen los motivos por los que Vargas Llosa durmió un tiempo fuera de la casa que comparte con Preysler, aunque todo parece indicar que la crisis no es uno de ellos.