Rocío Carrasco camina los pasillos de Mediaset como si de su hogar se tratara. Las elevadas mediciones de audiencia de su docuserie, "En el nombre de Rocío", la han erigido como un auténtico peso pesado dentro de Telecinco. Más directa que nunca, elocuente como siempre y dispuesta a desenmascarar las verdades que ocultan los integrantes de su familia mediática: así se muestra hoy por hoy Rociito, quien en las últimas horas reveló varios secretos acerca de José Ortega Cano, viudo de su madre, la eterna Rocío Jurado.
Tras ir a por Raquel Mosquera, Rocío Carrasco decidió virar su atención hacia el actual esposo de Ana María Aldón y, sin vacilar, confesó que la boda entre José Ortega Cano y "la más grande" fue un grave error. De acuerdo a su historia, Jurado, tiempo después de contraer matrimonio con el de Cartagena, se sintió totalmente desencantada con quien supo ser su compañero de vida.
De ser así, ¿por qué la gran artista prefirió no divorciarse? Según Rocío Carrasco, su progenitora decidió seguir al lado del otrora torero por los dos pequeños que adoptaron en 1999 en Colombia: José Fernando Ortega Mohedano y Gloria Camila Ortega Mohedano. "Si mi madre no hubiese adoptado a los dos niños, hubiese sido ella la que se hubiese separado", desveló, tal como se rumorea desde hace tantos años.
En ese sentido, explicitó que el vínculo de su madre con Ortega Cano fue uno cargado de discordia, aseveró que él la humillaba por su edad y que "no se portó bien" con "la más grande". "Me voy a separar, no puedo más": esta es la frase que Rocío Carrasco le oyó decir a su progenitora en múltiples ocasiones, en medio de mareas de llanto y recriminaciones en contra del ganadero de toros bravos.
Jurado y Ortega invitaron a más 1600 personas a la boda que celebraron a mediado de febrero de 1995, en la finca Dehesa Yerbabuena.
"Imperdonable"
En otro tramo de las alocuciones vertidas en MiTele Plus, la mujer de Fidel Albiac insistió con que José Ortega Cano "no se portaba bien con Rocío Jurado" y sostuvo que se generaban "situaciones que eran imperdonables". "Ortega le recriminaba a mi madre su edad, y me consta porque me lo ha contado ella", acotó, no sin dejar en evidencia que estos malos tratos no se habrían detenido ni siquiera con la llegada, en diciembre de 1999, de los entonces pequeños José Fernando y Gloria Camila.