Ana María Aldón y José Ortega Cano están dando muchísimo de qué hablar este verano. La pareja se encuentra en su domicilio veraniego en Chipiona y está pasando por una de las etapas más complicadas de su matrimonio. Su estabilidad se ha visto comprometida y la intromisión de la prensa no es que ayude mucho a una reconciliación. Ninguno de los dos lo ha afirmado públicamente, pero lo cierto es que ya se ha nombrado en varias oportunidades la palabra “ruptura”.
En estos convulsos tiempos, Ana María Aldón y José Ortega Cano han encontrado su hogar dulce hogar en Costa Ballena, una propiedad pintoresca que ahora es su mayor refugio contra la presión mediática. Domicilio del que hablaremos en esta oportunidad. Cuando la diseñadora regresó de la edición 2020 de “Supervivientes”, hizo bastantes cambios en la segunda residencia a la siempre se escapa con el extorero, una casa además de la que tienen en San Sebastián de los Reyes, Madrid.
Cómo es la casa de Costa Ballena de Ana María Aldón y José Ortega Cano
Mediante sus redes sociales, Ana María Aldón mostraba que para ambientar su casa en común con José Ortega Cano se había valido de colores neutros y un estilo elegante. Además de la parte estética, la madrastra de Gloria Camila se fijó en la funcionalidad de cada uno de los muebles que asentaba en su humilde morada.
Truco infalible.
Ana María Aldón utilizó un truco infalible para dar mayor profundidad al alojamiento. Pintó una de las paredes de un color más sombrío. Con el contraste, parece que la habitación es más espaciosa. Este hecho se acentúa si tenemos en cuenta que no ha recargado demasiado el ambiente: solo tiene una cama, mesitas de noche y un cuadro sobre el cabecero. Sencillo, pero sofisticado.
El rincón de la casa que resuena más entre los envidiosos es la terraza que tienen y ocupa una esquina de la edificación. Ana María ha generado un espacio de reflexión y donde realizar algunas actividades durante el día. Una extensión más de la casa donde se respirara un aire diferente. Fue en el año 2020 cuando Aldón regresaba de Honduras y Cano abría las puertas del domicilio a “Sálvame”, momento en el que comenzaron los suspiros por este mirador.