Irene Rosales anunciaba hace una semana que era la imagen de una reconocida firma de bolsos. Esto resultaba contradictorio, puesto que la pareja de Kiko Rivera, según la información que teníamos todos, tiene su propio negocio de bolsos con la marca Varoi. Según informa “Semana”, el emprendimiento de la mediática se encuentra abandonado.
El perfil de Instagram de Varoi, la empresa de Irene Rosales, sigue activo, pero no se publican posteos desde mayo. La página web se encuentra en mantenimiento y nadie responde los mensajes que llegan de clientes interesados. ¿Qué está pasando con el negocio de la nuera de Isabel Pantoja? ¿Ha perdido la ilusión? “Irene empezó con muchas ganas, pero no ha conseguido las ventas esperadas. Al final ha dejado que se desinfle y está centrada en otras cosas”, comunicó una fuente cercana a “Semana”.
“No sabe si no era el momento”.
Cinco meses después de dar a conocer su marca, Irene Rosales ha puesto su negocio en ‘stand by’. La compañera de vida de Kiko Rivera tampoco le da promoción a través de sus redes sociales personales. Algo que sí hace con la firma que la ha contratado y que seguramente le está dando una buena cantidad de dinero por ello. “No sabe si no era el momento o qué, pero estaba convencida de que gracias a las redes sociales iba a ir bien”, agregan.
Ahora no puede avanzar con su negocio, puesto que tiene un contrato firmado con esta reconocida firma. Sus conocidos aseguran que la idea de Irene Rosales era intentar primero en el mercado ‘online’ para luego tener un local, un objetivo que, por ahora, es muy lejano.
Cómo se hizo conocida Irene Rosales
Irene Rosales es una modelo ocasional que dio su salto a la fama cuando se supo de su romance con Kiko Rivera, el polémico hijo de Isabel Pantoja. Comenzaron a salir en mayo de 2014 y hasta el día de hoy. Han tenido dos hijas preciosas, a las que presumen a través de sus redes sociales. Con engaños, escándalos y muchísima presión mediática, la famosa sigue al lado de su pareja, aprovechando ahora un tiempo de calma que parece haber llegado para quedarse.