Rafal Nadal se ha mostrado desolado en la Laver Cup. Entre lágrimas, el de Manacor ha acompañado a su amigo Roger Federer en lo que ha sido su despedida oficial del tenis. Sin embargo, su verdadera preocupación es lo que ocurre puertas adentro de su matrimonio. Su esposa, Xisca Perelló, no ha tenido un embarazo sencillo. "No estoy bien", declaró el atleta ante la prensa.
Rafa Nadal se retiró este sábado de la Laver Cup, generando gran preocupación entre sus millones de admiradores. En ese sentido, señaló que por estas horas afronta "un conflicto interno bastante importante". Tal y como recoge "¡Hola!", su esposa fue ingresada en agosto en Hospital Quirónsalud de Palma de Mallorca y, desde entonces, "han sido semanas difíciles".
Reconoció que a él como a Xisca Perelló les ha tocado vivir "situaciones un poco más complicadas de lo habitual en casa". Poco sueño y mucho estrés. Así son los días del deportista. "Es una presión diferente a lo que estoy acostumbrado en la vida profesional", explicó, de acuerdo con el ya mencionado medio. Poco después, dejó entrever que, de a poco, la ansiedad generada por las complicaciones del embarazo ha disminuido y que su compañera de vida "está bien".
"Es una presión diferente a lo que estoy acostumbrado en la vida profesional".
Pese a ello, la preocupación persiste. Por eso, no ve la hora de que nazca su hijo. "Me gustaría recuperar un poco la normalidad. Que todo salga bien en el plano personal, que es mi prioridad máxima", manifestó Rafa Nadal, al tiempo de revelar que, una vez tengan al niño, comenzará a pensar sus próximos pasos profesionales.
Altibajos emocionales
Lo que está sucediendo con su hijo por nacer nos ha mostrado a un Rafa Nadal que desconocíamos. En Laver Cups, no dudó en reconocerse como una persona "bastante emocional" que no teme llorar en público. Ahora, de acuerdo con Telecinco, el deportista se encuentra en Mallorca acompañando a su esposa en las últimas semanas antes de recibir a su hijo.