Martes 27 de Febrero 2024
TAMARA FALCÓ

Tamara Falcó confiesa su gran error con Carlos III

¿Qué ha pasado? Revela la verdad.

Tamara Falcó y Carlos III. Fuente: (Google).
Escrito en ENTRETENIMIENTO el

Tamara Falcó, conocida aristócrata y figura mediática, ha compartido sus experiencias con el protocolo al conocer a personalidades de alto rango como el papa y el rey, y ha dejado claro que incluso la etiqueta más estricta puede llevar a momentos embarazosos, lo que lo dejó claro con Joaquín en su programa "El novato".

La marquesa de Griñón, Tamara Falcó, en su reciente aparición en un programa de entretenimiento, no pudo evitar reírse de sus propias meteduras de pata mientras explicaba al "Novato", el exfutbolista Joaquín, las reglas básicas del protocolo y el detalle sobre Carlos III y el papa Francisco.

Tamara Falcó. Fuente: (Google).

Además, Tamara Falcó, con su característico sentido del humor, comenzó por revelar su sorprendente encuentro con el actual rey de Inglaterra, Carlos. "Mi madre tuvo que corregirme, porque yo pensaba que el saludo era como en las películas", confesó entre risas.

Tamara Falcó. Fuente: (Captura de Antena 3).

Una anécdota que demuestra que incluso quienes están acostumbrados a la alta sociedad pueden tropezar con las reglas de etiqueta real. La lección de protocolo continuó con consejos sobre cómo saludar a los reyes. "En el caso de los hombres, es un ligero movimiento de cabeza en señal de respeto", explicó Tamara Falcó a su aprendiz, Joaquín.

Tamara Falcó y Joaquín Sánchez. Fuente: (Captura de Antena 3).

Sin embargo, el momento cumbre llegó cuando se habló del protocolo para saludar al papa. Falcó compartió cómo se saluda el anillo de todos los obispos, recordando que "el papa es el obispo de Roma". Entre risas, reveló sus propias dificultades en su encuentro con el líder de la Iglesia católica. "Ahí también la lié", admitió con humor.

"Ahí también la lié".

El otro encuentro

Pero Tamara no escatimó en halagos para el papa Francisco, describiéndolo como "muy campechano". Su historia sirve como recordatorio de que, incluso en los más altos niveles de protocolo, la autenticidad y la naturalidad pueden romper las barreras formales.