Cada persona tiene un tipo de piel único, por lo que es importante adaptar cada rutina de cuidado de la piel a cada necesidad. Sin embargo, existen algunas claves principales para mantener una piel saludable en todos los casos. En esta oportunidad mencionaremos algunos hábitos diarios y cuidados de largo plazo que nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo.
En principio, para mantener una piel saludable es importante limpiar la piel suavemente para eliminar el exceso de grasa, suciedad, sudor y maquillaje. Para esto, es recomendable utilizar un limpiador adecuado para cada tipo de piel y lavarse la zona al menos dos veces al día.
El sitio web “Dermaglós” menciona la importancia de conservar un buen hábito del sueño. Señala que cuando dormimos: “Nuestra piel se regenera, descansa de los daños que recibe durante el día y se oxigena”. Al respecto, añade que no dormir lo suficiente puede entorpecer la oportunidad de renovar la piel.
"Cuando dormimos nuestra piel se regenera y se oxigena".
Una dieta equilibrada rica en antioxidantes, vitaminas y minerales es importante para la salud de la piel. Incorpora alimentos como frutas, verduras, pescado graso, nueces y granos enteros en tu alimentación para proporcionar a tu piel los nutrientes que necesita.
Además, la hidratación es esencial para mantener la piel saludable y suave. Los profesionales aconsejar aplicar una crema hidratante adecuada después de la limpieza. Esto ayudará a retener la humedad y fortalecer la barrera cutánea.
Protección solar diaria
La exposición al sol sin protección puede causar daño a la piel, envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo padecimientos crónicos de piel. Por esto, para mantener la piel saludable es fundamental el uso del protector solar de amplio espectro todos los días, incluso en días nublados o en interiores.