El coleccionismo de monedas es una actividad atrapante que lleva cautivando a los usuarios durante años. Desde aficionados hasta expertos, las piezas españolas son un caramelo irresistible por su riqueza histórica y cultural. La historia numismática de nuestro país se remonta a la época de los fenicios, pasando por la dominación romana, visigoda y árabe.
Entre los siglos XV y XVI, las monedas pasaron a ser un objeto de colección popular entre la noble y la realeza, quienes acumulaban piezas extrañas para ostentar riqueza y poder.
Fue en el siglo XVIII que el coleccionismo pasó a extenderse.
Fue en el siglo XVIII que el coleccionismo pasó a extenderse entre la clase media y alta, comenzando a organizarse las primeras exposiciones y subastas.
Según registra “El Cronista”, durante el siglo XIX, España vivió un auge en la producción que llevó a que hubiera una mayor variedad para coleccionar.
Las colecciones de monedas en España se consolidaron en el siglo XX. Ya en ese momento se trata de una actividad popular y establecida.
En el año 1962 se fundó la Asociación Numismática Española, convirtiéndose en una organización clave para quienes se dedicaban a esta actividad. A día de hoy, el coleccionismo forma una parte fundamental de la actividad popular del país con una gran cantidad de ferias, exposiciones y subastas.
Cuáles son las monedas más populares
Entre las monedas más buscadas por los coleccionistas encontramos las monedas áureas y sestercios romanos (llegan a 1.000 euros en el mercado numismático), visigodas de oro y plata (10.000 euros), maravedís y reales de plata de la época medieval y moderna (no pagan mucho por ellas) y pesetas y céntimos de la era contemporánea (algunos pueden superar los 20.000 euros).