Las redes sociales ocupan un rol fundamental en la vida de todos los ciudadanos. Además de ser un espacio donde mantenerse en contacto con sus conocidos, también les permite establecer vínculos con ‘celebrities’ y determinadas figuras públicas. Esto tiene sus pros y sus contras. Entre sus pros destaca estrechar lazos con ídolos y entre sus contras la tendencia a compararse con los demás. Según el informe “Influencia de la tecnología en la vida de los españoles” confeccionado por “Ksapersky”, un 20 por ciento de los ciudadanos de nuestro país admite sentir envidia o tristeza ante la “aparente perfección” que ven en las publicaciones de Instagram y otras plataformas.
“La idea de crear una persona de cara al ámbito social no es nueva. Con las redes sociales (como Instagram) tenemos la oportunidad de mostrar a nuestra persona pública, o lo que es lo mismo, las partes de nosotras/os mismos que seleccionamos consciente o inconscientemente para mostrar al público, con la intención de caer bien o de dar buena impresión. Aparentar es más fácil que no hacerlo”, expone Ixi Ávila, coach de Inteligencia Emocional, según recoge “Glamour”.
“Empiezas a comparar tu vida detrás de las cámaras con lo que los demás te muestran".
En este contexto, algunos internautas tratan de copiar lo que ven en Instagram tratando de cimentar su vida en unos fundamentos idealizados e inexistentes. Esta es la consecuencia del “efecto comparanoia”, que no es otra cosa más que comprarse con los demás. Ixi Ávila agregó: “Empiezas a comparar tu vida detrás de las cámaras con lo que los demás te muestran. Al hacerlo constantemente, mides quién eres respecto a la persona pública del resto, y te puedes empequeñecer”.
Idealizar lo que vemos en Instagram puede ser peligroso
“Llegamos a un estado de comparanoia cuando nos desconectamos de nuestra vida y focalizamos toda nuestra atención y energía en compararnos con los demás. Nos dejamos llevar por el miedo de lo que nos podamos estar perdiendo y limitamos las posibilidades de nuestra felicidad a un ideal perfecto que está alejado de cualquier realidad”, expuso el profesional. Compararse constantemente con lo que se ve en Instagram puede llevar a sentir que la vida “normal” es poco valiosa y derivar en algunos tipos de depresión.
Para evitar llegar a este punto, la experta dio algunas claves: seguir cuentas inspiradoras y dejar de seguir las que generen malos sentimientos, estar un tiempo sin el teléfono antes de dormir y al levantarse, conectar con uno mismo antes de publicar nada y solo publicar cuando se quiere de verdad, no por aparentar.