Las personas que padecen de celiaquía deben llevar una vida libre de gluten, es decir, alejada del trigo, avena, cebada y centeno, además de otros cuidados. Pero, ¿Cuál es el vínculo de esta enfermedad con la ansiedad y depresión?
Los anticuerpos producidos por nuestro cuerpo, para atacar el gluten en las personas con celiaquía, producen daños graves en el intestino, y estos causan una diversidad de síntomas y entre ellos, pueden producir depresión y ansiedad.
Muchos estudios han establecido un vínculo entre la celiaquía y los síntomas de la depresión. De hecho, varias enfermedades mentales, incluido el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, la ansiedad y la esquizofrenia, también se han relacionado con la celiaquía.
Sin embargo, no se conoce una conexión directa entre la alimentación sin gluten y la depresión. La mayoría de las personas con celiaquía y sensibles al gluten notarán que sus síntomas, incluida la depresión, mejoran a medida que se incorporan a la dieta sin gluten.
No se conoce una conexión directa entre la alimentación sin gluten y la depresión.
La importancia del diagnóstico
En España se estima que solo 1 de cada 7 celiacos está diagnosticado. La depresión parece ser un síntoma más común de la sensibilidad al gluten o trigo no celíaca, una condición que es aún más difícil de diagnosticar ya que no existe un análisis de sangre para detectar anticuerpos, como es el caso de la celiaquía.