La dieta blanda se centra en alimentos de fácil digestión, limitando el consumo de fibra y grasas. En este plan, se privilegian cocciones suaves y se incorporan vegetales cocidos no flatulentos, cereales refinados, carnes blancas, pescados blancos, y otras opciones ligeras.
Dentro de esta dieta blanda, se aprueban verduras cocidas como calabacín, y zanahorias. Acompañadas de patatas hervidas, ofrecen opciones apetecibles y de fácil digestión. Los purés y caldos vegetales también se suman a esta paleta de posibilidades.
Además, otros alimentos que pueden ser comidos en la dieta blanda son las frutas cocidas y aquellas maduras, pero no ácidas, como el plátano y la pera, son opciones tolerables, minimizando la carga sobre el sistema digestivo. Vale la pena no olvidar a los cereales refinados, como el arroz, pasta o pan fresco.
Sin embargo, se sugiere evitar salsas fuertes en su preparación. Entre otras recomendaciones para la dieta las legumbres contienen fibra, pueden integrarse en forma de cremas bien pequeñas.
La opción ideal para tu salud.
La dieta blanda, de este modo, excluye verduras crudas, frutas ácidas, cereales integrales, legumbres enteras, carnes grasas, huevos fritos y lácteos grasos.
Otros alimentos a evitar
También es conveniente evitar el café u otras bebidas irritantes, los alimentos con mucho vinagre y otros tantos con grasas saturadas.