En el apasionante universo de la filatelia, ciertos sellos postales han ganado renombre no solo por su belleza artística, sino también por su rareza y valor excepcional. Dos ejemplos notables que han cautivado a coleccionistas y amantes de la historia son el "sello Magenta de un centavo de Guayana Británica" y el "sello Treskilling Amarillo de Suecia".
El sello Magenta de un centavo de Guayana Británica data de 1856 y fue en su tiempo considerado el sello más raro y costoso del mundo del coleccionismo. En un contexto histórico fascinante, la colonia se encontraba en la necesidad urgente de sellos postales y no podía esperar a recibir suministros desde Inglaterra.
Según detalla el portal “El cronista”, el director de correos de Guayana Británica tomó la iniciativa y solicitó a los editores del periódico local Gazette de Georgetown imprimir sellos postales para uso local. Después de décadas sin descubrir otra copia, en 2014, uno de estos sellos se vendió por asombrosos 9.8 millones de dólares (9.147.222 euros). Sin embargo, recientemente, su precio inicial ha alcanzado hasta los 15 millones de dólares (14.000.850 euros) entre los coleccionistas.
Por su parte, el sello Treskilling Amarillo de Suecia es otro de los sellos postales valiosos debido a un error de impresión que le otorgó un inusual color amarillo en lugar del verde tradicional. Rescatado de la basura por el experto en filatelia Georg Wilhelm Baeckman en 1885, este sello pasó a manos de un comerciante de arte por siete coronas en 1886.
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Casi 2,5 millones de euros
Desde 2013, pertenece al Conde Gustaf Douglas, quien lo adquirió por un precio no revelado. En su venta anterior, este tesoro filatélico se vendió por casi 2.6 millones de dólares (2.426.554 euros), destacando su rareza y la fascinante historia que lo rodea.