La dieta mediterránea y la dieta antiinflamatoria comparten algunos principios saludables, pero también tienen diferencias significativas en términos de enfoque y objetivos. Ambas son de las más elegidas y son una tendencia en alza durante estos últimos años, pero también pueden tener variantes que cambiarán tu decisión.
Por su parte, la dieta mediterránea se basa en los patrones alimentarios tradicionales de las regiones que bordean el Mar Mediterráneo, como Grecia, Italia y España. Por otro lado, la dieta antiinflamatoria se centra en alimentos que ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo, que se asocia con diversas crónicas, sin importar su origen.
Entrando en detalles, la dieta mediterránea se caracteriza por la abundancia de frutas y verduras frescas que dan tono a los platos con nutrientes esenciales. El aceite de oliva, la joya culinaria de esta dieta, reina como la principal fuente de grasa, mientras que el consumo moderado de pescado y aves desempeña un papel clave.
En cambio, la dieta antiinflamatoria ha surgido como un enfoque específico para combatir la inflamación en el cuerpo, un factor vinculado a diversos padecimientos crónicos. En lugar de centrarse en una región geográfica, esta dieta destaca alimentos con propiedades antiinflamatorias.
Las diferencias no son muy marcadas entre sí.
La inclusión de grasas saludables, como los omega 3 presentes en pescados grasos, nueces y semillas, se alza como un pilar clave para combatir la inflamación. Especias como la cúrcuma y el jengibre se incorporan no solo por su sabor, sino también por sus beneficios de la dieta antiinflamatoria.
Diferencias claras
Ambas dietas tienen sus méritos, pero la elección entre la tradición de la dieta mediterránea y la modernidad de la antiinflamatoria depende de los objetivos y necesidades individuales.