En la escena artística y televisiva española, Alaska y Mario Vaquerizo se erigen como un auténtico patrimonio cultural. Su legado abarca más de dos décadas de matrimonio, una historia que va más allá de los escenarios y se traslada a los platós de televisión, donde continúan cosechando éxitos.
La última incursión televisiva de la pareja de Alaska y Mario Vaquerizo tuvo lugar en "Joaquín: el novato", un programa que reafirmó su conexión con el público. A día de hoy, residen en Madrid, donde comparten varios apartamentos en el centro y aprovechan de los paseos por la emblemática Gran Vía.
Amantes de la autenticidad, revelaron su estilo de vida en un reality para MTV, mostrando su devoción por los comercios locales y su profundo interés por la decoración. Sin embargo, durante su participación en el programa conducido por Joaquín Sánchez, la dinámica risueña y bromista se vio matizada por una confesión de Alaska sobre el cambio en el carácter de Mario Vaquerizo.
La causa, según la artista, se remonta a la pérdida de un ser querido, un duro evento que marcó un antes y un después en la personalidad de Mario Vaquerizo. La tristeza que aflora tras la partida del hermano de Mario, Ángel, a los 32 años, dejó una huella imborrable en el cantante y colaborador televisivo.
La partida es el gran motivo.
Alaska, en su intervención, reveló cómo la pérdida afectó al carácter de su esposo, haciendo hincapié en la disminución de su paciencia, tanto en el ámbito íntimo como en el profesional. Un Vaquerizo que, según sus propias palabras, no era el mismo tras la partida de su hermano.
La gran revelación
La mexicana sugiere que este cambio puede estar vinculado con la edad o con la asunción de responsabilidades en la vida, argumentando que, como a todos, la pérdida y la madurez pueden agriar el carácter que alguna vez tuvo aquel joven de 25 años.