Carlos III y Camila Parker recibieron una pésima noticia durante su viaje de Estado a Kenia. Resulta que la prima hermana del rey, Abemarle Bowes Lyon, perdió recientemente la vida a los 83 años. La prensa británica ha sugerido que por esto mismo se lo ha visto al monarca tan cabizbajo durante su recorrida africana.
El medio escocés "Dundee Courier" informó que en breve se realizará un funeral a puertas cerradas en el que Carlos III, acompañado por su esposa y demás familiares, podrá despedir a su querida consanguínea. Abemarle estuvo siempre muy cerca del rey, y el vínculo entre ambos, se comenta, era de lo más estrecho.
Sin embargo, Bowes Lyon no fue invitada a la proclamación de Carlos III en la abadía de Westminster. Esto, por un recorte presupuestario. Así las cosas, se ha comenzado a especular con que el jefe de la Corona británica podría estar sintiéndose completamente arrepentido por ello.
Pese a la mala nueva, Carlos III continuó firme con su agenda oficial y, en ese contexto, expresó su "mayor pesar y más profundo arrepentimiento" por la violencia ejercida en Kenia durante la era colonial. En concreto, calificó de "abominables e injustificables" los actos violentos ejercidos contra keniatas mientras exigían su independencia.
Dolor real
El triste y serio semblante del rey durante el viaje de Estado no pasó inadvertido para la prensa británica, y se especula con que su alicaído porte podría deberse a su falta de firmeza al momento de definir los invitados a su coronación. Pese a ello, ha dejado patente, mediante distintas actitudes en Kenia, que extrañará sobremanera a la emblemática Abemarle Bowes Lyon.