El Mundial de fútbol femenino que se desarrolló este año en Australia y Nueva Zelanda fue todo un éxito. No solo para las españolas, que consiguieron un título de la categoría para la RFEF, sino también en cuanto al interés que la competencia ha generado en el mundo entero.
Sin embargo, una encuentra realizada por la FIFPRO a las jugadoras que fueron parte del Mundial de fútbol femenino deja en claro que aún hay mucho por avanzar para el bien del deporte. La encuestadas respondieron de forma anónima y expresaron sus principales quejas.
Entre las quejas generalizadas que más se reportaron dentro de la élite del fútbol femenino hay tres cuestiones en común: la falta de preparación, el inadecuado descanso tras la competencia y una compensación económica que obliga a muchas a conseguir un segundo trabajo.
Una compensación económica que obliga a muchas a conseguir un segundo trabajo.
260 jugadoras de las 26 selecciones del último Mundial de fútbol femenino fueron parte de la encuesta. Esta también revela que hace falta mejorar el calendario de partidos y la asistencia médica que reciben.
Segundo empleo
A pesar de lo que fueron cifras récord de audiencia televisiva, las remuneraciones económicas de muchas jugadoras son insuficientes. Una de cada tres gana menos de 30.000 dólares al año jugando al fútbol. Una de cada cinco complementa su salario con un segundo empleo.