La reciente polémica que envuelve a Juan Ortega, reconocido diestro, ha tomado un giro inesperado con la figura de Enrique Ponce emergiendo como guía y consejero en este complejo escenario.
Sin dudas que la decisión de Ortega de dejar plantada a su novia, Carmen Otte Alba, momentos antes de su boda, ha desatado una vorágine mediática que ha llevado al torero a refugiarse en la sabiduría de su padrino en la alternativa, Enrique Ponce.
Hace una semana, Juan Ortega sorprendía a propios y extraños al cancelar su boda, devolviendo todos los regalos, incluyendo transferencias económicas, y sumiendo a sus 500 invitados en el desconcierto.
Ante este revuelo, el diestro ha buscado la orientación de Enrique Ponce, quien en su momento de alternativa le aconsejó priorizar la carrera taurina por encima de todo. Con esto, en lugar de confrontar la tormenta mediática, el torero se refugia y se concentra en su regreso a los ruedos.
El respaldo parece servirle de gran manera.
Mientras se prepara para su retorno a los ruedos, Juan Ortega también lidia con las secuelas de su decisión personal. Su enfoque, en línea con el consejo de Enrique Ponce, es mantenerse al margen de explicaciones públicas y confiar en que la presión se irá con el tiempo.
El futuro
Se ha observado a Juan Ortega refugiándose en la espiritualidad, llorando y rezando en una iglesia de Checa, la localidad de Guadalajara donde sus padres tienen una casa.