Las monedas viejas jamás deben ser botadas, puesto que nunca se sabe lo que pueden llegar a valer con el correr del tiempo. Ejemplo de ello es la de 20 céntimos, acuñada en Italia en 2002. Según "La Voz de Cádiz", algunos de estos ejemplares, debido a un error de acuñación y a su escasez, podrían salir por hasta casi 600 euros en el mercado de subastas.
Las monedas nacionales de 50 céntimos, acuñadas en 1949, tampoco han de ser pasadas por alto, ya que, de acuerdo con "El Cronista", podrían interesar a muchos coleccionistas que buscan dar con piezas de trascendencia histórica y simbólica. Hay aficionados que podrían pagar hasta 500 euros por alguna de ellas.
"Burgos Conecta", por su parte, hace foco en un ejemplar del siglo XIX: las monedas de 8 escudos de Fernando VII. Se especifica que, dos años atrás, una de ellas salió en subasta por 1.100 euros, no sin precisar que su valor, hoy por hoy, podría alzarse en torno a los 4.000 euros.
Piezas de interés numismático
"La Información", en tanto, reseña el precio por el que se han vendido en subasta algunas monedas de pesetas. Una de 5 pesetas de 1870 podría costar hasta 2.000 euros; mientras que una con la misma numeración de 1975, debido a un error de acuñación (presenta una referencia al Mundial de Fútbol de 1982), podría llegar a ser vendida por hasta 90 euros.
Así las cosas, no cabe duda de que jamás ha de perdérsele el rastro a esas monedas que guardamos en el bolso, en algún cajón o demás recónditos rincones de casa, ya que jamás sabremos si con el tiempo pueden llegar a darnos una alegría.