En un reciente hallazgo histórico, se revela que las monedas de pesetas, la antigua unidad monetaria española, tienen sus raíces en el decreto del Gobierno Provisional del 19 de octubre de 1868, tras el derrocamiento de Isabel II, según detallan fuentes de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
Sin embargo, este descubrimiento también arroja luz sobre el siglo XIX, cuando el rey José I de España emitió la orden de acuñar dos monedas distintas: el real español tradicional y el real de vellón. La historia detrás de estas monedas las convierte en una de las más buscadas de la numismática mundial.
Sucede que estas piezas, por su periodo de acuñación, han antecedido a las clásicas pesetas. En este sentido, el transcurso del tiempo ha conferido a estos ejemplares un valor significativo en la actualidad. Hoy, solo por este detalle, son muy valoradas en el mundo del coleccionismo.
Un ejemplo notable es el real de vellón acuñado en 1843, cuyo valor se estima en aproximadamente 3.000 euros en los mercados de subasta 'online' entre coleccionistas. Según datos proporcionados por el Museu Nacional d'Art de Catalunya, las monedas reales de vellón representaban un veinteavo de la pieza de 8 reales, comúnmente conocida como "duro".
Hasta 3.000 euros es lo que pagan por algunas de estas monedas.
Oportunidad de inversión
Este descubrimiento ha despertado el interés de coleccionistas y expertos numismáticos, quienes ven en estas monedas del siglo XIX no solo un valor histórico, sino también una oportunidad de inversión. La singularidad y la rareza de estos ejemplares añaden un atractivo adicional, consolidando su posición como piezas codiciadas en los círculos numismáticos.