Dos sellos postales extraordinarios han cautivado la atención de coleccionistas y expertos, no solo por su diseño y antigüedad, sino por los errores únicos que los distinguen y elevan su valor en el mercado.
El primero en la lista de sellos postales valiosos es el Sello Treskilling Amarillo de Suecia, datado en 1855. Su singularidad radica en un error de impresión que resultó en la utilización del color amarillo en lugar del verde tradicional. Descubierto en la basura de la abuela del filatelista Georg Wilhelm Baeckman en 1885, este tesoro postal fue rescatado para luego ser vendido a un comerciante de arte por siete coronas.
Desde 2013, esta pieza de colección pertenece al Conde Gustaf Douglas, quien lo adquirió por un precio no revelado en una venta previa que alcanzó casi 2,6 millones de dólares (2.426.554 euros). Esto lo ha categorizado como una pieza codiciada en el mundo del coleccionismo.
Pagan casi 2,5 millones de euros por cualquiera de estos sellos postales.
El segundo de los sellos postales protagonista es el "Sello Siciliano" de 1859, que comparte su fama con un error de color: originalmente destinado a ser amarillo, se lanzó también en azul. Su excepcional estado de conservación a lo largo de los años agrega otro elemento de rareza y valor entre los coleccionistas.
Millonario valor
En 2011, este sello encontró un nuevo hogar en Estados Unidos, vendiéndose por 2,6 millones de dólares (2.426.554 euros). Este precio, junto con su historia única, consagra al Sello Siciliano como uno de los sellos postales más valiosos de la filatelia mundial.