En el cautivador universo de la numismática, donde cada moneda funge como una ventana al pasado, tres monedas históricas relucen como auténticas joyas que trascienden los límites del tiempo, conectando con momentos cruciales de la historia.
En los años comprendidos entre 1813 y 1820, la Casa de Moneda de Guadalajara dio origen a las monedas conocidas como ocho Escudos de Fernando VII. Esta valiosa pieza, con el perfil del rey Fernando VII en el anverso y el distintivo escudo real en el reverso, se erige como un preciado testamento de la independencia de México.
Con apenas 300 ejemplares acuñados, su escasez y significativa conexión histórica le confieren un valor considerable en el mercado actual, estimado en unos 4.200 euros. Saltando hacia el convulso año 1946, surge la moneda de una peseta. Esta edición limitada, con solo 800 unidades en existencia, retrata en un lado el rostro del dictador Francisco Franco y en el reverso el escudo de España con el águila imperial y el lema "Una, grande, libre".
Estas son las monedas más valoradas de la numismática española.
Con de símbolos franquistas de la época, el valor actual de un ejemplar de estas monedas oscila entre los 3.000 y los 6.000 euros por ejemplar, consolidándola como una codiciada reliquia histórica. Sin embargo, no son las únicas ya que, en un emotivo tributo a la Armada Española, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) emitió en 1995 la moneda de 100 Ecu Conmemorativa.
Valor
Este excepcional tesoro, elaborado en oro y con la imagen del Marqués de Santa Cruz, Álvaro de Bazán, se erige como un homenaje visual a un capítulo fundamental de la historia naval española y, por ende, una de las monedas más buscadas de la numismática mundial. Su actual valor de 2.000 euros la convierte en una pieza de colección anhelada por aquellos que buscan no solo una moneda, sino una obra maestra histórica.