En el mundo del coleccionismo de monedas, hay una moneda que cuenta una historia única. Pero no es la única que destaca por su rareza y singularidad. Se trata de las pesetas acuñadas en 1946 y 1947, ambas inmortalizando la imagen del dictador Francisco Franco, pero con detalles distintivos que las convierten en auténticas joyas para los amantes de la numismática.
La peseta de 1946, una de las primeras en retratar a Francisco Franco con un busto diferente al que posteriormente se popularizó, se ha convertido en una moneda altamente codiciada en el mercado del coleccionismo.
Su singularidad y la escasez de este diseño la han elevado a valores que alcanzan hasta los 3.000 euros en subastas online, convirtiéndola en una adquisición preciada para aquellos que buscan no solo una pieza de colección, sino también una conexión directa con la evolución del retrato de Franco en la numismática.
Otro tesoro para los coleccionistas que no pasa desapercibido es la moneda conocida como la peseta "rubia" de 1947. En esta edición, la imagen de Franco en el anverso es acompañada por un busto diferente en la parte posterior, marcando una distinción clara respecto a la versión de 1946.
Pagan hasta 3.000 por un ejemplar de estos.
Valor
Esta peculiaridad le ha valido el apodo de "rubia" y la ha convertido en objeto de deseo para los coleccionistas. Actualmente, esta moneda única se comercializa en subastas online por sumas que alcanzan hasta los 1.750 euros, consolidándose como otra joya numismática digna de atención.