En el apasionante universo del coleccionismo de billetes, hay piezas que destacan no solo por su valor monetario, sino también por la maestría artística detrás de su diseño. Uno de estos tesoros es el billete de 500 pesetas de 1903, una creación magistral del renombrado grabador español Bartolomé Maura y Montaner.
Este billete se distingue por su anverso, donde el Dios Mercurio, con casco alado, se erige sobre un globo terráqueo. A la izquierda de la imagen, Mercurio porta un caduceo, mientras que a la derecha, se muestra la representación simbólica del dinero. Estos detalles lo hacen único en el mundo de la numismática.
Sucede que este diseño artístico excepcional no solo refleja la habilidad única de Maura y Montaner, sino que también otorga a las 500 pesetas de 1903 un estatus especial como una de las piezas más raras del siglo XX y uno de los billetes clásicos españoles más excepcionales codiciados por los coleccionistas.
La rareza de este billete se traduce en un valor significativo en el mercado numismático. Ejemplares como el que fue subastado en la Colección Cervantes, catalogado en un nivel de conservación MBC+ (muy buena conservación), alcanzaron impresionantes cifras, rematándose por la asombrosa suma de 17.500 euros.
Por su significado histórico y diseño particular, un ejemplar de estos puede valer hasta 17.500 euros.
Menos valiosos
Otros ejemplares, aunque de menor calidad en términos de conservación, han sido objeto de deseo en diversas subastas, alcanzando valores respetables entre los 8.000 y 12.000 euros. La demanda constante de este billete en el ámbito coleccionista refleja la fascinación que despierta su diseño excepcional y su estatus como una verdadera rareza numismática.