Aunque históricamente asociado a la población de 50 años en adelante, un aumento notable en jóvenes de 30 a 49 años sugiere vínculos con factores como el consumo de sustancias no apropiadas o patrones dietéticos. De esta manera, la legumbre que ayuda a la alimentación sale a la luz.
Si bien expertos advierten que la mala alimentación y problemas gastrointestinales pueden desequilibrar el microbioma, desencadenando inflamación y afectando a aquellos que han superado padecimientos oncológicos. Incluso después del tratamiento, una dieta sin esta legumbre puede desencadenar recurrencias, complicando la supervivencia.
En un revelador estudio del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, se destaca el papel protector de las alubias, un tipo especial de legumbre. Estos alimentos, ricos en fibras y aminoácidos, se revelan como potentes aliados al modular marcadores vinculados a los padecimientos nombrados anteriormente.
La profesora Carrie Daniel-MacDougall destaca la rareza de observar cambios en la diversidad del microbioma solo con intervenciones dietéticas, subrayando la capacidad de las alubias para inducir cambios positivos.
Puede salvar tus días.
A pesar de estos hallazgos prometedores, Daniel-MacDougall advierte que la incorporación de alubias y otro tipo de legumbre a la dieta debe hacerse con orientación médica.
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El estudio resalta el papel terapéutico de los alimentos ricos en prebióticos naturales, pero advierte que los efectos positivos desaparecieron rápidamente una vez que los participantes dejaron de consumir las alubias.