El documental de Rocío Carrasco pronto cumplirá dos años, concretamente el próximo día 21 de marzo. “Rocío, contar la verdad para seguir viva” supuso un antes y un después no solo en la vida de la empresaria sino en toda España. La vida laboral de Antonio David Flores cambió drásticamente, además de la presión mediática. Por otro lado, la esposa de Fidel Albiac se sacó una mochila que llevaba años guardando y ahora podemos vislumbrar una Rocío nueva.
La Rocío Carrasco que veíamos llorando por los rincones ya no existe. Ahora se encuentra fuerte, renovada y dispuesta a afrontar los vaivenes que le ponga la vida por delante. Se ha enfrentado sin temblar a la familia Cano y la familia Flores. Esto no es poco, dado que la superan en número y esto incluye también al clan Mohedano. Esto sin contar con que una cuota de la audiencia no le ha creído y por la que ha tenido que hacer oídos sordos a las críticas de quienes no llegaron a creerle.
También estamos frente a un Antonio David Flores nuevo. Antes de que Rocío Carrasco soltara su polémico testimonio aquel marzo de 2021, el padre de Rocío y David se encontraba tan tranquilo trabajando para Mediaset.
Vida estable y sin demasiados sobresaltos.
Había formado una carrera en los medios de comunicación y tenía un vínculo amoroso sólido con Olga Moreno. Lo que para cualquier hijo de vecino es una vida estable y sin demasiados sobresaltos. Lo que no podía imaginarse es que todo eso cambiaría de un momento a otro.
Rocío Carrasco dividió España en dos
Rocío Carrasco dividió España en dos vertientes: aquellos que la creían y los que no. Entre los primeros parecieron encontrarse los directivos de Telecinco, quienes decidieron echar a Antonio David Flores. Esto obligó al ex guardia civil a reinventarse y abrirse su propio canal de YouTube.
Tras un tiempo se separó de Olga Moreno y comenzó una nueva historia de amor con Marta Riesco. Ha caído mucha agua debajo del puente desde la emisión de la primera parte de esa docuserie, pero lo que está claro es que no ha pasado inadvertida para nadie.