Carlos Latre se sinceró en la última entrega de "Viajando con Chester" y ante Risto Mejide habló alto y claro sobre su matrimonio con Yolanda Marcos. Suman 25 años juntos, pero no todo ha sido color de rosa a lo largo de tanto tiempo. "Estuvimos dos años separados", desveló para sorpresa de tantos.
"Hicimos un 'reset' en la relación", prosiguió Carlos Latre para, acto seguido, especificar que se distanció de la mujer de su vida con el objetivo de "conocerse a sí mismo". Al respecto, profundizó: "Yo necesitaba levantarme un día por la mañana y decidir qué hacía yo". Lo cierto es que el comediante conoció a su esposa, mayor que él, cuando aún era muy jóven.
"Había crecido bajo el paraguas de Yolanda", confesó tal y como reseña "Diez minutos". Asimismo, sumó: "Ella era mayor que yo, más madura que yo y me enseñó muchísimas cosas". Por dos años, sin embargo, decidió distanciarse del resguardo que siempre le ha ofrecido su compañera de vida. Pasado ese tiempo, volvieron a elegirse, pero dispuestos a afrontar juntos "una etapa nueva".
"Para nosotros la pareja es eso, un contrato".
"Hablamos de todo lo que no nos gustaba del otro. Nos lo dijimos a la cara", continuó, no sin antes explicar que su matrimonio se basa, desde entonces, en constantes acuerdos. "Para nosotros la pareja es eso, un contrato", reforzó el talentosísimo Carlos Latre con emoción. En ese marco, le agradeció a Yolanda por estar siempre a su lado y por haberse mostrado tan comprensiva y madura de cara al 'reset' sentimental que él le propuso. "Mi matrimonio es mi mayor éxito", acotó.
Un fenómeno de la imitación
Carlos Latre también habló con Mejide sobre su sorprendente poder de observación. El cerebro del imitador, cabe destacar, ha sido estudiado por científicos y, sobre esto, dijo: "Tengo una capacidad de observación por encima de la media. Tengo un 98 por ciento, mientras que la media es de entre 60 o 70".
Esta destreza, por cierto, le ha traído tantos beneficios como dolores de cabeza. "He necesitado ayuda psicológica. Lo digo abiertamente. Estoy en constante aprendizaje y eso es una tortura", confesó, para luego afirmar que vive "en constante lucha y presión" consigo mismo "para ser la mejor versión de mí". Por esto, subrayó: "Mi peor enemigo soy yo". Afortunadamente, ha logrado pausar al menos un poco ese impulso autocrítico: "Ahora está casi controlado".