Andrés Iniesta y Anna Ortiz se conocieron en 2007 y, desde entonces, se han alzado en una de las parejas más queridas y respetadas de la escena mediática nacional. Se convirtieron, en febrero último, en padres por quinta vez y, de este modo, su historia de amor sigue creciendo lejos de España. Asentados en Japón desde 2018, el futbolista y la catalana dejaron conocer, a poco de aterrizar en aquel país, sobre cómo comenzó lo suyo.
"La conocí una noche de Sant Joan de 2007. Había quedado con Jordi Mesalles para ir a Mataró, fuimos a la zona de 'pubs'. Entré donde ella trabajaba de camarera y fue un flechazo", desveló Andrés Iniesta con ilusión en la mirada. "Yo le eché el ojo y fue un flechazo total", acotó no sin antes aclarar que no le resultó tan sencillo conquistar a la madre de sus niños.
"Me la hizo padecer porque no me daba bolilla", afirmó y aseguró que, a diferencia de lo que le pasó a él, Anna no cayó rendida a sus pies. "Ella se fue enamorando, y eso tiene un proceso", manifestó. Tal y como reseña "El Español", la 'influencer’, tras escuchar las declaraciones de su marido, recordó el momento en que se dio cuenta de que había dado con el hombre de su vida.
"Ella se fue enamorando, y eso tiene un proceso".
"Fue al volver de una gira que hizo por Japón con el Barça. Me trajo unos aviones, porque aquí (por Japón) los aviones se llaman Ana, y me escribió una carta", precisó y agregó que Andrés Iniesta, con tal de darle el obsequio, viajó por casi más de dos horas. El gesto terminó de conquistar a Ortiz: "Llegué a mi casa y le dije a mi hermana: 'Me he enamorado'". A partir de allí, son inesperables. Contrajeron matrimonio en 2012, en el castillo de Tamarita, Tarragona. Un año antes había llegado Valeria a sus vidas, quien hoy tiene 11. Luego vino Paolo, de ocho; Siena, de cinco; Romeo, de tres años; y Olympia, la recién nacida.
Vida de ensueño en el país nipón
Andrés Iniesta y los suyos se mostraron la semana última pletóricos. "Aprovechando con toda la familia de los últimos días de la época de Sakura en Japón", avisó el centrocampista del Vissel Kobe desde sus redes sociales junto a una postal dominada por los árboles de cerezo. ¡Un clan, sin duda, de ensueño!