Las monedas se convierten en auténticos tesoros para los coleccionistas y amantes de la numismática, y tres ejemplares en particular han captado la atención del mercado. Se trata de las onzas de oro de Luis I, la moneda de 10 pesetas de 1878 y la moneda de cinco pesetas de 1871.
Estas tres monedas destacan por su historia, su rareza y su valor en el mundo del coleccionismo. De este modo, los coleccionistas están dispuestos a pagar un dineral por algunas de estas piezas.
Entre los ejemplares más valiosos de la historia de las monedas, se encuentran las onzas de oro de Luis I. En el caso de las onzas de oro de Luis I, son ejemplares acuñados en 1724 durante su reinado y se han convertido en una de las más caras del mundo. En subastas recientes, su valor actual se sitúa en los 250.000 euros, según destaca el sitio “El Cronista”. Su rareza y su valor histórico las convierten en auténticas piezas de colección codiciadas por los aficionados.
Otra de las monedas de gran interés es la de 10 pesetas del año 1878. Esta moneda en color dorado se ha mantenido en buen estado a pesar de presentar algunos desgastes por el uso. Con un precio de salida de 125 euros en subastas, ha captado la atención de los pujadores interesados, quienes han elevado su valor hasta los 170 euros. Su antigüedad y su diseño distintivo la convierten en una pieza de gran valor histórico.
Se trata de tres monedas que, por su antigüedad y diseño distintivo, valen un dineral.
El ejemplar restante
Por su parte, las monedas de cinco pesetas del año 1871 también se han convertido en objeto de deseo para los coleccionistas. A pesar de presentar algunos desgastes propios del uso, si este ejemplar se encuentra en buen estado general, su precio de salida en subastas, en las últimas pujas, ha alcanzado los 300 euros. La alta demanda y su escasez en el mercado contribuyen a su valor en constante aumento.