La agitada vida moderna no da tregua. El estrés y la angustia están a la orden del día y, por ello, son muchos los que acuden a especialistas en salud mental. En esta oportunidad nos referiremos a una de las ramas de la piscología cognitiva conocida como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés, Acceptance and Commitment Therapy) y a los beneficios que podría inocularle a tu día a día.
El corazón de este enfoque psicoterapéutico, ideal para comenzar a combatir el 'stress', la angustia y demás dolencias psíquicas, es ayudar a los pacientes a ampliar su flexibilidad psicológica. El bienestar emocional es el objetivo clave de ACT, una corriente que cobró relevancia en los ochenta gracias al psicólogo Steven C. Hayes.
La meta fundamental de esta escuela es hacer notar que el padecimiento de las personas nace por el simple hecho de esconder e intentar controlar los pensamientos que generan incomodidad, tristeza o malestar general. En cambio, la Terapia de Aceptación y Compromiso invita a aceptar dichas emociones desplacientes y a comprometerse a modificar aquello que no es del agrado del cada uno.
Tres principios rectores de esta terapia
El primer principio de ACT se denomina "Aceptación" y refiere a instruirse respecto a la evaluación y aceptación de aquellas emociones que no nos gustan. Su propuesta radica en dejar de batallar esas emociones desagradables. Es decir, aceptar que existen y mirarlas de frente pese al temor que puedan provocar.
Si no te sientes bien a nivel mental, consulta con un psicólogo de confianza.
El segundo punto al que nos referiremos se conoce como "Contacto con el presente" y hace alusión a la atención plena. La idea es ofrecer a los pacientes, tal vez con el fin de desajustar el 'stress' diario o a aminorar episodios de angustia, las herramientas para hacer una conexión completa con el ahora y, de ese modo, experimentar el presente de manera total.
Un tercer principio que no debe ser pasado por alto es conocido como "Definición de valores". Existen terapeutas ACT que invitan a sus pacientes a escribir en una hoja de papel los valores que son importantes para ellos en distintas áreas de sus vidas: la familiar, la amorosa, la laboral. Un listado para recordar qué nos mueve podría ayudar a que nuestros niveles de estrés y angustia comiencen a alejarse.