París enamora a todo el mundo con la Torre Eiffel y la magia de sus calles. La llamada “ciudad del amor” lo tiene todo para ser el paraíso que todos buscamos. Sin embargo, no solo los turistas se sienten atrapados por Francia, también los expertos en filatelia. El país europeo tiene varias piezas que son únicas y pueden culminar una colección extraordinaria. Uno de los modelos más buscados por los coleccionistas es el sello postal de Franqueo de 1859 de 10c.
Este sello postal es uno de los más interesantes de Francia. Estuvo entre los primeros emitidos que no tenían que pagarse por adelantado la entrega del correo.
Durante el tiempo en que el Servicio Postal utilizaba estas piezas, el importe a pagar era asumido por el destinatario. Según registra “findyourstampsvalue.com”, se considera que el primer sello de franqueo del mundo.
Este sello postal único e importantísimo para la historia postal fue subastado en 2006 por Cherrystone a 23.100 dólares (20.569 euros).
Tener algo único en las manos.
Dicha cantidad es significativa teniendo en cuenta que si, a día de hoy, vamos a comprar cualquier estampilla al estanco o a correos, si nos cobran tres euros puede que sea mucho. Pero en esta ocasión hablamos de coleccionismo y de la búsqueda de tener algo único en las manos.
Un sello postal puede encerrar una historia increíble
Aquel que tenga este sello postal en sus manos no solo tiene la posibilidad de ganarse una importante cantidad de dinero, sino también de llevar una parte de la historia del mundo siempre consigo. Está en el juicio de cada experto en determinar qué tiene más peso.