En el fascinante mundo de la numismática, la historia reciente ha sido testigo de un fenómeno extraordinario: monedas de pequeño valor han alcanzado precios impresionantes debido a errores de acuñación.
Tres casos destacados en este ámbito son las monedas de 20 céntimos de España del año 1999, las monedas de 50 céntimos de Bélgica del mismo año y las monedas de cinco céntimos de Francia también del 1999.
Comencemos por las monedas de 20 céntimos de España, donde un defecto de exceso de metal en su parte posterior ha convertido una pieza común en una auténtica joya para los coleccionistas. Este error ha llevado a su revalorización hasta alcanzar la asombrosa cifra de 1.500 euros.
Por otro lado, las monedas de 50 céntimos de Bélgica del mismo año también se han visto afectadas por un error de acuñación. En esta ocasión, las estrellas de la moneda no son iguales y presentan distinta longitud, lo que les otorga una singularidad que ha disparado su valor en el mercado numismático alcanzando hasta los 1.000 euros.
Arriba de los 1.000 euros pagan por estos ejemplares.
Menos valiosa
Por último, las divisas de cinco céntimos de Francia del año 1999 completan la lista de errores que han revalorizado piezas de baja denominación en Europa. En este caso, fueron acuñadas con deformaciones, lo que ha llevado a que cada ejemplar alcance sorprendentes cifras de hasta 850 euros en subastas.