La sandía, esa fruta jugosa y refrescante que se consume durante los días calurosos del verano, es mucho más que una simple delicia estacional. Con su alto contenido de agua, nutrientes y bajo contenido calórico, la sandía también se ha convertido en la estrella de una popular dieta para la pérdida de peso.
Así, la dieta de la sandía es una modalidad corta duración que se centra en el consumo casi exclusivo de sandía. Generalmente, dura entre tres y cinco días, aunque algunos planes pueden extenderse hasta una semana. Durante este período, los participantes consumen principalmente sandía y agua, evitando otros alimentos sólidos y bebidas calóricas.
Los beneficios son la hidratación, ya que con un contenido de agua superior al 90 por ciento, la sandía es una excelente fuente de hidratación, especialmente durante los días calurosos.
Además, el bajo contenido calórico de la sandía en esta dieta la convierte en una opción ideal para aquellos que buscan perder peso o mantenerlo bajo control.
Un alimento increíble.
Por último, es muy rica en nutrientes a pesar de su poco contenido calórico y una dieta ayudará a los valores de vitaminas A y C, así como en antioxidantes como el licopeno, que contribuyen a la salud del corazón y la piel.
Más ventajas y desventajas
La sandía contiene potasio y magnesio, lo que ayuda a reducir la retención de líquidos y promueve la función renal. Al centrarse exclusivamente en la sandía, se puede perder una variedad de nutrientes esenciales que se encuentran en otros alimentos.