Desde sus inicios, la Unión Soviética se esforzó por ejercer una poderosa influencia en la opinión pública mediante la propaganda, un instrumento esencial para sus fines políticos. La acuñación de monedas no fue una excepción y se convirtió en una herramienta valiosa para difundir el mensaje de las intenciones del poder.
Así, las primeras monedas soviéticas, verdaderas joyas numismáticas, son codiciadas por coleccionistas de todo el mundo debido a su significado histórico y su exquisita estética. El diseño de estas piezas fue encomendado a Fiódorovich Vasiutinsky, quien trabajó durante más de cuatro décadas en la Casa de la Moneda de San Petersburgo, Petrogrado y Leningrado.
Las monedas soviéticas, emitidas el 22 de febrero de 1924 por decreto del Comité Ejecutivo Central y del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS, fueron concebidas como herramientas de propaganda política. Estas piezas numismáticas presentaban imágenes simbólicas de obreros, campesinos y el emblema del Estado, buscando retratar una visión idealizada de la nueva vida en la Unión Soviética, impulsada por la industrialización.
Destacándose por su esplendor artístico, las monedas de aquella época sorprenden por su semejanza con medallas más que con convencionales.
Unas piezas con gran historia.
Los diseños cuidadosamente elaborados capturaron la esencia de los ideales de la época y, al mismo tiempo, exhibieron un impresionante nivel estético.
Las más buscadas
Entre las más destacadas y anheladas por coleccionistas se encuentran las de plata de 10, 15 y 20 kopeks, junto con los ‘chervonets’ de oro.