En el fascinante mundo de la numismática, las monedas de 100 pesetas de 1897 han destacado como una auténtica joya para coleccionistas e inversores.
Estas monedas históricas no solo poseen una composición valiosa, sino que su baja emisión ha contribuido a que su valor se eleve en los últimos años en el mercado del coleccionismo.
El atractivo principal de esta moneda radica en su acuñación en oro de alta calidad, con un contenido de 900 milésimas de oro, es decir, oro de 21,6 quilates. Con un peso de 32,25 gramos y un diámetro de 37 mm, esta pieza posee una apariencia impresionante que la hace aún más deseable para aquellos que buscan tesoros numismáticos de gran valor.
La clave para comprender el éxito de estas monedas en el mercado radica en su baja emisión. Se estima que solo se acuñaron alrededor de 6.000 piezas, lo que la convierte en una rareza codiciada por coleccionistas de todo el mundo.
Se trata de una de las piezas más demandadas por los coleccionistas.
Demandada y valorada
Ante esta situación, una de estas monedas tiene un valor considerable en el mercado del coleccionismo. Los precios de venta en tiendas de subastas oscilan entre los 1.000 y 3.000 euros, dependiendo de factores como la conservación de la moneda, su estado de desgaste y la demanda entre los coleccionistas en el momento de la subasta.