Existen infinidad de sellos postales que son buscados por mar y tierra por los aficionados a la filatelia, y en esta ocasión nos referiremos a algunos ejemplares que cotizan, y muy alto, en el marcado. Comencemos hablando sobre el sello de Correos de Mauricio de 1847.
Son muchos los coleccionistas de sellos postales que querrían tener uno de estos ejemplares en sus manos. Un objetivo, por cierto, no tan sencillo de alcanzar. Es que existen menos de 30 copias alrededor del globo. Por su escasez, el precio de estas piezas se ha elevado a tal punto que en 2021 una de ellas fue subastada a casi 12 millones de dólares, reseñan desde "El Universal".
El sello amarillo de Treskilling de 1855 es otra joya que, debido a una imperfección de impresión, cautiva a propios y ajenos. De origen sueco, esta estampita debería haber sido verde. Debido a su tono amarillento, sin embargo, es que ha cobrado trascendencia mundial. Se conoció que fue vendido por más de 2,5 millones de dólares.
Otro de los sellos postales más buscados es el Siciliano de error de color de 1859. De acuerdo con la publicación antes referida, existen solo dos ejemplares. Creado en Italia, este sello fue diseñado de color amarillo. Un error de impresión, no obstante, lo definió en tono azul y, por esta razón, su valor supera los dos millones de dólares.
Otra joya de la filatelia
Una gema que despierta pasiones.
No cabe duda de que otro de los sellos postales más aclamados por los coleccionistas es el que responde al nombre de Guayana Británica magenta de un centavo. Fue impreso en 1856 y, dos años atrás, fue vendido por más de ocho millones de dólares.