La filatelia, el arte de coleccionar sellos postales, ha capturado la atención de entusiastas de todo el mundo. Detrás de cada sello postal, se esconden secretos que determinan su valor en el mercado de coleccionismo.
Para comprender el valor de los sellos postales, el primer aspecto a tener en cuenta es el año en que fue emitido. El diseño del sello puede revelar pistas sobre su época, si fue creado para conmemorar un evento especial o rendir homenaje a una figura histórica. Estos detalles históricos añaden un valor adicional a la pieza y pueden despertar el interés de los coleccionistas.
Además, según detalla el sitio “ES 24”, los sellos postales más antiguos se fabricaron con un tipo de papel diferente al de las estampillas modernas. Este factor, junto con su uso específico y su dificultad para rastrear su origen, suma valor a los sellos en el mercado de la filatelia.
La rareza también es clave: cuanto menor sea la cantidad de sellos impresos, más preciados se vuelven para los coleccionistas ávidos de piezas únicas y exclusivas.
Un aspecto sorprendente a considerar es la posición del diseño en el sello. Un diseño centrado en los sellos postales es aún más importante que el propio diseño en sí. Una forma sencilla de evaluar esto es mirar el sello al revés, lo que permite apreciar rápidamente si el diseño está correctamente centrado o no.
Se trata de factores que elevan el valor de los sellos postales.
Pegamento
Otro factor a tener en cuenta es el pegamento utilizado en el sello. Antes de ser pegados en postales o sobres, solían ser lamidos para activar el adhesivo. Para los coleccionistas, los sellos con pegamento aromatizado son especialmente valorados. Además, una distribución uniforme del pegamento en el sello puede aumentar su atractivo para los coleccionistas exigentes.