Una moneda de una peseta, emitida durante el conflicto civil español en 1937 por el Gobierno de la II República, ha cautivado a coleccionistas de monedas de todo el mundo y ha alcanzado precios excepcionales en el mercado de subastas numismáticas.
Sucede que la escasez monetaria durante ese período llevó a la circulación de estas monedas únicas. Su historia y particularidades las han convertido en una auténtica joya para los coleccionistas.
El Gobierno de la II República tomó la decisión de poner en circulación una nueva moneda de una peseta debido a la situación de emergencia. Además, el Banco de España emitió billetes inferiores a 25 pesetas que no eran convertibles en moneda. Estas medidas excepcionales fueron necesarias para hacer frente a las dificultades económicas de la época con estas monedas y billetes.
Las condiciones particulares de acuñación de estas piezas han multiplicado su valor.
Como resultado de la escasez y las condiciones extraordinarias es que se acuñaron y emitieron estos billetes y monedas. En este contexto, el billete de cinco pesetas de julio de 1937 ha captado la atención de los coleccionistas. Y es que su importancia histórica ha incrementado significativamente su valor en el mercado del coleccionismo numismático.
Una fortuna
Los coleccionistas, conscientes de la rareza y la relevancia histórica de estos billetes de cinco pesetas, acuñados durante el conflicto civil, han estado dispuestos a pagar precios extraordinarios en subastas para hacerse con estos ejemplares excepcionales. Se estima que los precios de venta han alcanzado entre 15.000 y 20.000 euros.