La carencia de tratamientos curativos ha instado a las naciones a centrarse en mitigar los factores modificables de riesgo de demencia. Investigadores globales han buscado por años una solución definitiva, pero actualmente solo existen recomendaciones basadas en comportamientos de estilo de vida y medidas para prevenir el deterioro cognitivo. Así, una de las dietas, la dieta MIND, trae una gran solución.
En esta senda, el Rush University Medical Center (EE.UU.) ha explorado la dieta MIND como posible aliada para la cognición, una con 14 componentes que incorpora nueve grupos de alimentos saludables para el cerebro (aves, pescado, vegetales, bayas, frutos secos) y cinco no saludables (otras carnes, mantequilla, margarina, queso graso, repostería y frituras).
Un compuesto de las dietas mediterráneas y DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión), la MIND ha sido consistentemente clasificada entre las cinco mejores dietas en los últimos seis años por U.S. News y World Report.
Además, investigaciones anteriores indican que ambas dietas reducen el riesgo de padecimientos cardiovasculares. Estudios de 2015 mostraron que la dieta MIND podría retrasar el deterioro cognitivo y reducir el riesgo de otros problemas, incluso si no se seguía estrictamente.
Las variedades son muchas.
Nuevos resultados, publicados en "The New England Journal of Medicine", revelan que, en tres años, el grupo MIND y el grupo control, ambos sometidos a una reducción calórica de 250 kcal por día, no presentaron diferencias estadísticas significativas en el cambio cognitivo. Sin embargo, hubo mejoras notables durante los primeros dos años.
Más detalles
La puntuación promedio al final del estudio fue 11 para la dieta MIND y 8,3 para el grupo control, ambos dentro de un rango terapéutico para prevenir el declive cognitivo y el padecimiento de otros tipos.