El mundo del coleccionismo de monedas revela auténticas joyas numismáticas que no solo cuentan historias del pasado, sino que también poseen un valor económico significativo en la actualidad, como son el caso de las pesetas.
En este fascinante viaje por la historia monetaria de España, tres monedas de pesetas destacan como auténticos tesoros para los apasionados numismáticos y coleccionistas.
En primer lugar, la moneda de 100 pesetas de 1966. Este ejemplar de plata se caracteriza por presentar la efigie del dictador Francisco Franco. Aunque pueda parecer paradójico, esta moneda ha ganado un lugar en el mundo del coleccionismo debido a su singularidad y contexto histórico. Los ejemplares que mayor valor alcanzaron fueron los que cuentan con el famoso "palo recto" en su diseño y por los que pagan hasta 400 euros.
Un ejemplar de estas monedas puede valer hasta 17.000 euros.
Por su parte, otra de las monedas valiosas es la de 50 céntimos de 1949, una pieza conmemorativa y única. Aunque dejaron de circular en 1965, su rareza y su carácter conmemorativo las hacen especialmente atractivas para los coleccionistas. En el mercado actual, estas monedas pueden alcanzar un precio de 500 euros, siempre y cuando se encuentren en buenas condiciones y sin daños aparentes.
La más codiciada
Sin embargo, no hay dudas que las monedas más codiciadas son los ejemplares de 2,5 pesetas de 1953. La dificultad para encontrar ejemplares de esta moneda radica en su producción limitada en su año de acuñación y en su posterior retiro de la circulación. Debido a esta escasez, su valor puede superar los 17.000 euros, lo que la convierte en una de las pesetas más valiosas y codiciadas por los coleccionistas.