Mario Casas se sentó en el 'podcast' "Living postureo" y, muy sincero, se refirió a un llamativo episodio que vivió cuando era pequeño. El actor, ante Victoria Martín, confesó que la belleza no siempre estuvo de su lado y no dudó en echar al agua a sus padres.
Todo arrancó cuando Martín le preguntó cómo es vivir siendo una persona tan guapa. Mario Casas, sin vacilar ni por un solo momento, admitió sobre cuando era bebé: "No me sacaban a la calle". "Salí deformado", sumó con la gracias y simpatía que tan bien lo caracteriza.
Sucede que el intérprete debió nacer vía fórceps y, por esta misma razón, aseguró que salió con la cabeza en forma de pepino. "Parecía el monstruo de 'Los Goonies'", aseveró. Lo cierto es incluso sus parientes más lejanos se percataron de que no era el bebé más agraciado y, así las cosas, sus padres esperaron mucho tiempo antes de sacarlo a la calle.
"Salí deformado".
"Empezaron a sacarme como a los dos o tres años", aseguró tal y como reseña "Semana". Lo cierto es que, ya entrado a la adolescencia, Mario Casas comenzó a florecer en el galán que es hoy. Su belleza lo ha llevado a lo más alto y su talento es lo que lo mantiene firme en un pedestal al que muy pocos intérpretes acceden.
Muy seguro de sí mismo
Ya con 37 años, Mario Casas sabe de su enorme capacidad interpretativa y es consciente de que ha llegado donde está no solo por su cara bonita. Tal vez por esto afirmó ante "El País": "No me da miedo envejecer, estoy contento de hacerme mayor aquí, en el cine".