En los calurosos días de verano, nada se compara a un plato que capture la esencia de Andalucía y refresque el paladar: el salmorejo. Esta emblemática sopa fría se ha convertido en un emblema de la gastronomía española, especialmente en la ciudad de Córdoba, donde su sencillez cautiva a quienes la prueban.
El salmorejo es una opción refrescante y sabrosa para aprovechar en los días calurosos. Se puede servir como entrada o como acompañamiento de tapas, y su versatilidad lo convierte en un plato muy popular. La buenísima noticia es que es fácil de hacer. Te contamos el paso a paso para elaborar uno casero y qué ingredientes necesitas.
Preparar el salmorejo cordobés es un proceso sencillo. Primero, se limpian los tomates y se trituran antes de filtrar el puré para eliminar las semillas. Luego, se mezcla el tomate triturado con los trozos de pan de telera hasta conseguir una mezcla densa y uniforme. Posteriormente, se incorpora un generoso chorro de aceite de oliva extra y, si se desea, un diente de ajo pelado y molido. Finalmente, la mezcla se elabora para lograr una textura suave y homogénea.
Cabe mencionar que el pan es un ingrediente esencial en la receta tradicional del salmorejo. Prescindir de él cambiaría la consistencia y el resultado no sería auténtico.
Un plato típico.
Aunque se han propuesto variantes como la versión 'fit' que sustituye el pan por una manzana, los puristas defienden la receta clásica.
La diferencia
Este plato y el gazpacho comparten ingredientes como el tomate y el aceite de oliva, la principal diferencia radica en la textura y consistencia. Este es más espeso y cremoso, mientras que el gazpacho es más líquido y fresco.