La lepra es una afección temida que se reporta en textos milenarios y dejó una huella devastadora en la historia del mundo. La Biblia la nombra en varias oportunidades. Este padecimiento no se transmitía por contacto con otras personas si no por las vías aéreas como la respiración o el habla. Para que no se expandiera todavía más, algunos países decidieron crear monedas para uso exclusivo de las leproserías.
Según registra Hussein Larreal en “coleccionistasdemonedas.com”, los leprosarios surgieron en la Edad Media como sitios de reclusión. Se levantaban en áreas remotas y tenían instalaciones para asistir a las personas con lepra en sus períodos de cuarentena. En la Primera Conferencia Internacional sobre Lepra en 1897 en Berlín, el Dr. Hansen sugirió el aislamiento institucionalizado de los enfermos. Otros especialistas advirtieron que era necesaria la fabricación de monedas de uso restringido.
No se hizo un seguimiento obligatorio de esto, así que quedó a criterio de cada nación aplicarlo hasta 1981, cuando la OMS llegó con un tratamiento para curar a los pacientes.
Monedas que se utilizaron con este propósito
Colombia sacó las primeras monedas para lazaretos con este propósito. Sacaron series en 1901, 1907, 1921 (cobre) y 1928 (níquel). Venezuela se unió a este modelo numismático en 1913 a nombre del lazareto de Maracaibo.
Filipinas tuvo piezas para el lazareto de la isla de Culión.
Filipinas tuvo piezas para el lazareto de la isla de Culión. Estados Unidos ocupó el territorio entre 1898 y 1946 creando el espacio para leprosos en esta isla. Acuñaron estos objetos de intercambio entre 1913 y 1930.
Otros países que se fueron adhiriendo a las monedas especiales para preservar a la ciudadanía fueron Panamá, Brasil, China, India, Japón, Nigeria y Tailandia.