Hay una moneda que ha conseguido trascender a su tiempo y pasar a la historia como una de las más importantes: el tálero de María Teresa. “Tálero” viene de la palabra “dólar” y no se refiere solo a una moneda, sino a varias piezas de plata similares, sucesivas o contemporáneas entre sí que se utilizaron en el comercio internacional. María Teresa de Habsburgo nació en 1717 y tomó el título de archiduquesa de Austria en 1740. Cuando se casó con Francisco de Lorena, se convirtió en emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico después de la elección de su marido para el trono en 1745.
Según registra Hussein Larreal en “coleccionistasdemonedas.com”, debido a su personalidad dominante, María Teresa jugó un papel fundamental en los dominios del territorio, actuando bajo la influencia del despotismo ilustrado. Si hablamos del mundo donde la moneda cobra un valor vital, María Teresa fue muy importante.
Modificó las especificaciones del Reichsthaler que se movía en Austria.
Modificó las especificaciones del Reichsthaler que se movía en Austria, creando de facto el 'Conventionsthaler' en 1751 y fomentando que se utilizara en otros estados desde 1754.
El tálero de María Teresa es una “moneda” que tuvo mucho éxito en Europa, África y Asia, por lo que se produjo en grandes cantidades más allá de Austria y Alemania.
Su uso se extendió a nivel internacional para adquirir textiles, especias, marfil y otros artículos de valor. Todos los mercaderes lo aceptaban y su reputación llegó a tal punto que se empleó como un obsequio diplomático entre diferentes naciones.
La moneda que nunca dejará de ser
Desde 1780, tras la pérdida de la archiduquesa, esta “moneda” se congeló. Al ser tan exitosa, no era propicio modificar su diseño. La producción del dólar teresiana siguió después de desmonetizarse en Austria como circulante oficial, quedando relegado al comercio en otras zonas hasta tiempos del segundo conflicto bélico más importante del mundo.
Quedará para la posteridad como un símbolo de riqueza, poder y estatus.
Quedará para la posteridad como un símbolo de riqueza, poder y estatus. Continúa siendo representado en el arte, se habla de él en los libros, algunos reportajes de televisión lo contemplan y los que saben de su existencia se animan a subastarlo.