Son muchos los que resguardan en casa viejas monedas que han perdido circulación, pero no por ello carecen de valor en el mercado numismático. A continuación, nos referiremos a algunos ejemplares que podrían significar interesantes ingresos en caso de ser comprados por coleccionistas ávidos por sumar nuevas piezas a sus compilaciones.
En esta oportunidad hablaremos de las monedas de dos céntimos, entre las que destaca la española de 2018. Uno de sus lados se ve decorado por la imagen de la catedral de Santiago de Compostela y el interés por esta moneda radica en el hecho de que las letras y números que forman 2018 y España fueron acuñadas con material de sobra. Por eso mismo, de acuerdo con "El Periódico de Aragón", uno de estos ejemplares podría valer hasta 1.000 euros.
Otra de las monedas de dos céntimos a señalar es la de Austria, acuñada en 2002, la cual es identificable por contar con el dibujo de una flor de las nieves. La publicación antes mencionada indica que se trata de una de las piezas que mayor interés despierta entre los aficionados, los cuales podrían estar dispuestos a pagar por un ejemplar entre 900 y 1.000 euros.
La moneda de dos céntimos italiana de 2002 es otro caso que despierta atención. Por ella se podrían percibir unos 150 euros, siempre y cuando cuente con un buen estado de conservación. Su diseño, por cierto, no ha de ser pasado por alto: uno de sus lados muestra la afamada torre creada en Turín a mediados del siglo XIX, la Mole Antonelliani.
Un caso más
Y, si hablamos de monedas de dos céntimos, tampoco ha de ser olvidada la portuguesa acuñada en 2002. Su valor en el mercado numismático radica en el simple hecho de que se crearon muy pocos ejemplares, reseña "El Periódico de Aragón". En total, por una de estas piezas, sus dueños podrían hacerse con unos 200 euros, remarcan.