Después de un mes lleno de emociones y aventuras en Sudáfrica, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han regresado a Madrid, llevando consigo recuerdos de un viaje que describen como "tan dulce como la miel". La pareja, que contrajo matrimonio el pasado 8 de junio en una ceremonia que capturó la atención de todos, decidió embarcarse en un viaje por el sur del continente africano para celebrar su luna de miel.
Durante este viaje de casi un mes, Tamara Falcó y Íñigo se sumergieron en la experiencia más salvaje de Sudáfrica. Los safaris y la estancia en distintas villas les proporcionaron la tranquilidad y el respiro que necesitaban después de meses de preparativos y celebraciones. La pareja, que enfrentó desafíos como una ruptura temporal y dificultades en la preparación del vestido de novia, demostró que su amor prevalece ante la adversidad al llegar al altar en una boda que superó todas las expectativas.
Al retomar su vida en la capital madrileña, Tamara Falcó no perdió el tiempo y ya está cumpliendo con sus compromisos laborales, incluso después de haber tenido que hacer una pausa en su viaje para una acción publicitaria. En respuesta a las preguntas de la prensa sobre su aventura en Sudáfrica, la hija de Isabel Preysler compartió que fue un viaje lleno de belleza y dulzura, haciendo referencia a la miel y la luna.
Tamara Falcó también aclaró algunas incógnitas que rodeaban su vida personal. Sobre la ausencia de su hermano Enrique en su boda, indicó que no planea visitar Miami para verlo en un futuro cercano. Además, expresó su pesar por la partida de Marta Chávarri, madre de su primo Álvaro, a los 62 años.
El viaje marca un antes y un después.
Aunque no ha podido reunirse con él debido a sus vacaciones, mostró su preocupación por su primo, describiendo la situación como muy triste.
Otro caso importante
La cuestión de la maternidad también se abordó durante la conversación. Tamara confirmó que ella y Íñigo tienen planes de ser padres en el futuro, afirmando su creencia en que todo sucederá en el momento adecuado.